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Descubre el Jardín Botánico de la USAC: Un refugio de biodiversidad y conocimiento
El Jardín Botánico de la Universidad de San Carlos de Guatemala es un oasis de biodiversidad y conocimiento. Fundado en 1922, este pulmón verde no solo es un refugio para la vida vegetal, albergando una impresionante colección de flora exótica y nativa, sino también un centro de investigación y educación ambiental. Con una rica historia y una dedicación continua a la conservación, el jardín ofrece visitas guiadas educativas y proyectos de investigación cruciales para la preservación de la flora guatemalteca y centroamericana.
El Jardín Botánico de la USAC es un espacio dedicado a la conservación, investigación y educación sobre la diversidad vegetal de Guatemala. Este pulmón verde, ubicado en la zona 10 de la capital, no solo alberga una impresionante colección de flora exótica y nativa, sino que también es un centro vital para la investigación científica y la educación ambiental.
La historia del Jardín Botánico se remonta a los terremotos de 1917 y 1918, que destruyeron la escuela práctica para varones que anteriormente ocupaba este espacio. En 1922, el presidente Carlos Herrera donó el terreno para establecer el jardín con la finalidad de promover la educación ambiental y la conservación de la flora guatemalteca.
Reconocido como monumento histórico de la Universidad de San Carlos de Guatemala, el Jardín Botánico forma parte del conjunto histórico de la Avenida Reforma. Este estatus refleja su importancia cultural y su papel en la conservación del patrimonio natural y arquitectónico.
Ulises Rojas, el primer director del jardín, plantó una ceiba que fue declarada árbol nacional de Guatemala en 1955. Esta ceiba es un símbolo vivo del compromiso del jardín con la conservación de la biodiversidad.
El jardín es administrado por el Centro de Estudios Conservacionistas (CECON) y cuenta con personal especializado de la Facultad de Farmacia. El equipo se encarga de mantener una colección de aproximadamente 500 especies diferentes y 1500 especímenes. El herbario del jardín almacena registros de especies vegetales, y su afiliación con la Botanic Gardens Conservation International (BGCI) facilita el intercambio de especies con otros países.
Ana María Ortiz, encargada del programa educativo, destaca que el jardín ofrece diversas visitas guiadas adaptadas a distintos niveles educativos, desde primaria hasta universitarios. Los temas de las visitas incluyen la guía de polinizadores, ecosistemas de Guatemala, botánica sistemática y plantas medicinales.
Investigaciones recientes se centran en la flora nativa y en la Reserva de la Biosfera Maya. Uno de los proyectos más importantes ha sido la identificación de plantas alimenticias para el quetzal, cuyo hábitat se ha visto reducida por la deforestación. Este estudio ha identificado seis especies de plantas que pueden servir de alimento para el quetzal y otras aves.
El jardín también cuenta con un invernadero dedicado a proyectos de investigación estudiantil, donde el acceso es restringido para proteger los estudios en curso. Además, el jardín ha implementado un sistema de producción de abono a partir de restos orgánicos, contribuyendo así a la fertilización natural de las plantas y a la reducción de residuos.
Yesenia Martínez, una visitante frecuente, comenta sobre su experiencia educativa en el jardín con su hija de seis años, destacando la importancia de inculcar el cuidado del medio ambiente desde temprana edad.
El voluntariado es otra iniciativa clave del jardín, donde los participantes colaboran en diversas tareas y actividades educativas, promoviendo la sensibilización sobre la conservación de plantas y la biodiversidad.
El Jardín Botánico de la Universidad de San Carlos sigue siendo un centro crucial para la investigación y la educación sobre la flora. Con el apoyo de la universidad, el personal técnico y los voluntarios, el jardín continúa su misión de preservar y difundir el conocimiento sobre las plantas. A través de sus senderos, los visitantes pueden descubrir la riqueza natural de Guatemala y la importancia de la conservación. Cada planta cuenta una historia y cada rincón invita a la exploración y al aprendizaje.