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Investigación científica busca medir presencia de microplásticos en costas del Pacífico de Guatemala
- Guatemala se suma a red latinoamericana para investigar impacto de microplásticos en los océanos.
El Centro de Estudios del Mar y Acuicultura (CEMA) encabeza un proyecto de monitoreo de estresores marinos y costeros en el litoral del Pacífico guatemalteco.
Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo regional que busca estandarizar la investigación de contaminantes en 18 países de América Latina.
El licenciado José Ortiz, profesor e investigador del CEMA de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC)y miembro del Instituto de Investigaciones Biológicas de la misma unidad académica, coordina el proyecto ARCAL CLXXXIX, financiado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Esta investigación se desarrolla en el marco de la Red de Investigación de Estresores Marinos-Costeros en Latinoamérica y el Caribe (REMACO) y tiene como propósito evaluar el comportamiento de factores como los microplásticos, los florecimientos algales nocivos, la eutrofización costera y la acidificación de los océanos.

Foto: CEMA
Según Ortiz, en Guatemala no existen estudios que determinen de manera precisa el impacto de los microplásticos.
No obstante, a nivel internacional se han documentado diferentes problemas de salud asociados al contacto o a la ingesta indirecta de estas partículas.
El informe “De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos”, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), advierte que esta forma de contaminación ya empieza a afectar la salud humana de manera incipiente.
Muestreo y análisis de microplásticos
El monitoreo inició en agosto de 2025 con la recolección de las primeras muestras en el Puerto de San José, a cargo de profesionales y estudiantes de maestría del CEMA y con el apoyo del Comando Naval del Pacífico, se aplican diversas técnicas de muestreo.

Foto: CEMA
Para la toma de aguas superficiales se utiliza una red manta que captura microplásticos flotantes, mientras que para el muestreo de arena de playa se emplea una metodología de transecto y cuadrantes.
Esto consiste en la extracción de muestras de arena superficial dentro de un área delimitada de 25 x 25 centímetros, ubicada en cinco cuadrantes a lo largo de un transecto de 100 metros.
Las muestras se procesan en el laboratorio de Ciencias Biológicas y Oceanográficas del CEMA, equipado con instrumentos donados por el OIEA. El procedimiento incluye varias fases:
- Secado y tamizado, para eliminar agua y clasificar partículas por tamaño.
- Flotación, mediante una solución saturada de cloruro de sodio que permite separar los plásticos de otros materiales.
- Filtrado, utilizando filtros metálicos para evitar contaminación externa.
- Observación, bajo un estereoscopio para identificar partículas retenidas.
- Confirmación y caracterización, a través de un equipo ATR-FTIR (espectroscopía infrarroja por transformada de Fourier), que determina la composición química e identifica el tipo de polímero presente, como polietileno, polipropileno o poliestireno.

Foto: CEMA
Con el fin de garantizar la confiabilidad de los resultados, las muestras se procesan en una campana de flujo laminar y se limita al máximo el uso de materiales plásticos durante las pruebas.
Los resultados se expresan en función de la abundancia de microplásticos y el tipo de polímeros identificados, calculados por metro cuadrado, y posteriormente son reportados en la plataforma regional REMARCO.
Generación de conocimiento científico
Este proyecto busca generar información científica que sirva de base para la toma de decisiones en materia ambiental y permita establecer un indicador nacional sobre la concentración de microplásticos a lo largo del tiempo.

Foto: CEMA
Asimismo, posibilitará la comparación de datos con otros países de la región que aplican la misma metodología.
La participación estudiantil es reducida debido a los cuidados que demanda el manejo de las muestras y la necesidad de evitar su contaminación.
Actualmente, únicamente colaboran dos estudiantes del CEMA: uno de la maestría y otro que desarrolla su Ejercicio de Práctica Supervisada (EPS).
De acuerdo con Ortiz, este esfuerzo representa un avance fundamental en la comprensión y atención de la creciente problemática de la contaminación por microplásticos en las costas guatemaltecas y en el ámbito latinoamericano.
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