Universidad
Robos de vehículos afectan a estudiantes y trabajadores
En los últimos meses, la Universidad de San Carlos de Guatemala ha sido escenario de un aumento en el robo de vehículos, una problemática que ha generado preocupación entre la comunidad universitaria. A pesar de las medidas de seguridad implementadas, los delincuentes continúan encontrando maneras de vulnerar la seguridad y sustraer automóviles y motocicletas en distintas zonas del campus. Las autoridades buscan soluciones, pero los desafíos persisten.
La Universidad de San Carlos de Guatemala cuenta con distintos espacios para que los estudiantes, docentes, personal administrativo e incluso la población en general estacionen sus vehículos o motocicletas al visitar la casa de estudios. Sin embargo, en estos lugares se han registrado robos de vehículos, perpetrados por individuos o grupos que operan en diferentes horas del día con el propósito de obtener ganancias a través de este crimen.
Existen dos tipos de áreas para estacionarse: los parqueos con garita de seguridad y los parqueos a la intemperie. Estos últimos han sido el escenario de la mayoría de los robos registrados en lo que va del año 2024. Según la oficina de seguridad ubicada en el tercer nivel de la Dirección General de Administración (DIGA), dos carros y tres motos han sido reportados como robados oficialmente. No obstante, se sospecha que hay más víctimas que nunca acudieron a dicha oficina para reportar lo sucedido.
Robos dentro de la universidad
Los delincuentes que operan dentro de la universidad utilizan diversas estrategias para seleccionar y sustraer los vehículos. Algunas veces se hacen pasar por estudiantes y «falsean» los carros que están a su alrededor para facilitar el robo. En otras ocasiones, toman fotografías de vehículos específicos para regresar más tarde y llevárselos. Las áreas más propensas a estos delitos son las afueras de los edificios S12 y M1.
Luis Pedro Ortiz, director general administrativo del edificio de la DIGA, señaló que, aunque este año ha sido menos problemático en términos de robos de vehículos comparado con 2023, cuando se cometieron 13 robos de automóviles y 54 de motocicletas, la situación sigue siendo preocupante.
La DIGA mantiene un registro detallado de los carros y motos robados dentro del campus. Este documento incluye la marca del vehículo, el día y mes del robo, y la ubicación exacta del incidente. Tras los robos, las áreas afectadas fueron las primeras en recibir refuerzos de seguridad.
Según datos de la DIGA, marzo fue el mes con mayor incidencia de robos en el campus, con un automóvil y una motocicleta sustraídos. Otro carro fue robado en abril, mientras que las otras dos motos desaparecieron en febrero y julio. Estos datos se refieren solo a los casos formalmente reportados a la oficina de seguridad.
Diego Ramos, exalumno de la USAC, narró cómo una vez estuvieron a punto de robarle su vehículo, un Toyota Corolla modelo 2012. El incidente ocurrió cerca del edificio S12, cuando la alarma del auto comenzó a sonar, alertando a Ramos y frustrando el robo.
La falta de vigilancia en ciertas zonas es un factor que los delincuentes aprovechan para cometer estos robos. Sin embargo, los espacios con seguridad suelen llenarse rápidamente debido a su bajo costo de Q3, lo que limita las opciones de estacionamiento seguro para muchos estudiantes y trabajadores.
Sonia Padilla, guardia de seguridad en los parqueos, mencionó que un obstáculo importante para prevenir robos es la falta de radios de comunicación entre las garitas y la seguridad universitaria. Estos dispositivos facilitarían la coordinación y respuesta rápida ante cualquier incidente. Además, Padilla comentó que, aunque la mayoría de los robos ocurren en la tarde, también se han intentado en la mañana.
Jacqueline Castañeda, trabajadora y estudiante de la USAC, relató que en marzo de este año su motocicleta Suzuki fue robada mientras ella se encontraba en exámenes parciales. «Ese ha sido el peor día de mi vida; salir y ver que la moto que compré con meses de esfuerzo ya no estaba me destrozó», comentó Castañeda, quien recibió apoyo de la DIGA para denunciar el robo, aunque aún no ha recuperado su motocicleta.
Denuncias
Cuando un estudiante es víctima de un robo, las autoridades de la DIGA crean un caso interno para apoyar en la investigación. Además, ayudan a la víctima a presentar la denuncia ante la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ministerio Público (MP), lo que aumenta las probabilidades de recuperar el vehículo robado.
El proceso de recuperación es lento, lo que lleva a algunos estudiantes a evitar reportar los robos a la DIGA y buscar soluciones más rápidas por su cuenta. Esto, sin embargo, impide que las autoridades universitarias tomen acciones preventivas efectivas en las zonas más vulnerables.
Hasta ahora, los cinco casos reportados en 2024 están bajo investigación tanto en la USAC como en el MP. Con la colaboración de la División Especializada en Investigación Criminal, se espera acelerar el proceso de búsqueda y recuperación de los vehículos robados.
Medidas de seguridad
Entre las medidas implementadas para mejorar la seguridad en el campus central, destaca la instalación de más cámaras de vigilancia, lo que ha permitido a los equipos de seguridad monitorear mejor las áreas sensibles. Además, se ha incentivado el uso de parqueos con seguridad, aumentando el control y reduciendo las oportunidades para los delincuentes.
Luis Pedro Ortiz comentó que, aunque se han hecho mejoras significativas en la seguridad vehicular de la USAC, aún queda mucho por hacer. «Lamento que gente que viene a superarse pase por algo así; hemos mejorado a comparación de otros años, pero no es suficiente, seguiremos trabajando arduamente hasta que ningún vehículo sea robado de nuevo», afirmó Ortiz.
Por último, enfatizó la importancia de que los estudiantes reporten cualquier incidente de robo, ya que esta información es clave para fortalecer la seguridad en la universidad. Hasta ahora, los cinco afectados continúan en su proceso de investigación, sin que se haya recuperado ninguno de los vehículos robados ni se haya detenido a los responsables.