Wayra Taki: tres décadas de música andina en Guatemala

Wayra Taki nació el 17 de junio de 1995, como el resultado de los talleres de música folclórica latinoamericana, donde jóvenes entusiastas se unieron para formar un ensamble inspirado en la música andina. Actualmente, el grupo está a punto de cumplir 30 años de trayectoria musical, siendo una de las pocas agrupaciones guatemaltecas que ha mantenido vigente este género. Sus tres integrantes, todos guatemaltecos, han encontrado una conexión única con la música andina, llevándola dentro y fuera de las fronteras del país.

Edwin Rolando Tzí Cuj, uno de los integrantes y fundador de Wayra Taki, comenta que su principal rol es el de guitarrista, primera voz y compositor de algunas melodías. Recuerda cómo en 1995 conoció a José López, otro de los miembros, durante un taller de fabricación de zampoñas. Tras el éxito de su primera presentación en el Instituto Adrián Zapata, ubicado en la zona 2 de la Ciudad de Guatemala, decidieron formar oficialmente el grupo. Poco después, se les unió Danilo Véliz, y desde 1998, los tres han sido los pilares de Wayra Taki.

Inicialmente, se llamaron «Q’eqchujap», que significa «Nuestra Fuerza» en lengua Q’eqchi’. Sin embargo, al cabo de un año, adoptaron el nombre Wayra Taki, que en quechua significa «El canto del viento», un nombre sugerido por un músico boliviano. Con este cambio de nombre, la agrupación consolidó su identidad musical, incorporando instrumentos tradicionales andinos como la marimba guatemalteca.

Actualmente, la alineación del grupo sigue siendo la misma. Danilo Véliz toca la percusión, charango y zampoñas, mientras que José Joaquín López se encarga de los vientos, como la quena y la zampoña. Edwin Tzí, además de tocar la guitarra, interpreta instrumentos de viento y es la primera voz del grupo.

El repertorio de Wayra Taki se compone principalmente de versiones de piezas folclóricas de varios países latinoamericanos, incluyendo Bolivia, Argentina, Colombia y México. También realizan adaptaciones de melodías guatemaltecas en las que fusionan la marimba con instrumentos andinos. Según Tzí, la música andina destaca por su capacidad de combinar tonalidades alegres y melancólicas, lo que la convierte en una expresión única de emociones profundas.

Elementos esenciales de la música andina

Entre los instrumentos clave de la música andina se encuentran el charango, las zampoñas y el bombo. Estos instrumentos le otorgan un sello distintivo al folklore andino y son elementos esenciales cuando se fusionan con la marimba guatemalteca. Edwin Tzí señala que la incorporación de estos sonidos produce una experiencia auditiva única para el público guatemalteco.

Otro rasgo característico de la música andina es el uso del «juego de voces», una técnica que consiste en la combinación de registros vocales como tenor, barítono y contratenor para crear armonías corales que enriquecen cada interpretación.

Los instrumentos tradicionales de la música andina requieren de una afinación profesional, lo que influye en su precio. La zampoña, por ejemplo, es un conjunto de varas de bambú afinadas en diferentes escalas. Su costo varía desde los Q386.91 para las más pequeñas, hasta los Q3,482.21 para las de mayor tamaño. La quena, otra flauta de bambú, tiene un precio aproximado de Q967.28. Por su parte, el charango, un pequeño instrumento de cuerdas, oscila entre Q5,416.77 y Q19,345.62, dependiendo de la calidad y el propósito, ya sea para estudiantes o para conciertos.

A lo largo de su carrera, Wayra Taki se ha presentado en la mayoría de los departamentos de Guatemala y ha tenido la oportunidad de llevar su música a países como España, México, El Salvador, Honduras y Costa Rica. Han sido invitados por embajadas y han participado en eventos como la Gala de la Canción Guatemalteca en el Teatro Nacional, así como en festivales organizados por la Universidad de San Carlos.

A pesar de su éxito, el grupo enfrenta desafíos significativos. En Guatemala, la música andina no tiene la aceptación masiva de otros géneros, como la música urbana o electrónica. Tzí reconoce que la audiencia principal de Wayra Taki son personas que crecieron en los años 80 y 90, y lamenta la falta de apoyo a los artistas que interpretan folklore latinoamericano.

«La música andina es poco comprendida y a menudo rechazada», afirma Tzí. En los años 90, varios grupos que surgieron en Guatemala fueron estigmatizados y asociados con subculturas, lo que afectó la percepción de este género.

A pesar de estos retos, Wayra Taki continúa promoviendo la música guatemalteca con instrumentos andinos y busca expandir su repertorio. Uno de sus proyectos actuales incluye la grabación de vídeos musicales para su difusión en plataformas digitales, con el objetivo de llevar su música más allá de las fronteras de Guatemala.

Edwin Tzí concluye con un llamado a los guatemaltecos para que abran sus oídos a nuevas propuestas musicales, en especial a la música andina, y pide a las autoridades que apoyen a los artistas locales para que puedan compartir su talento con un público más amplio.